23 de mayo de 2012

Villa Urania, tercera parte. No bajemos la guardia.



Hoy he pasado a fisgonear un poco por Villa Urania.




En principio, desde la calle Saragossa, no parece que el derribo de la finca colindante haya producido ningún daño. 




Desde la Vía Augusta, se puede distinguir claramente la reconstrucción del muro derribado para el inicio de la deconstrucción. Se ha respetado la forma y la verja original. Incluso han reparado el desperfecto causado para colgar la famosa pancarta deconstructora y, ¡por fin han retirado los escombros de la vía pública!.




Todo fantástico y maravilloso. Pero mi mayor temor, y de ahí el título de la entrada, es que al derribar lo que queda de la finca colindante, una pared caiga accidentalmente sobre Villa Urania, y por razones de seguridad se deba proceder de inmediato al derribo. O que al realizar algún trabajo de soldadura, se cause un incendio que se propague rápida y misteriosamente a Villa Urania, y por razones de seguridad se deba proceder de inmediato al derribo.

Estas coincidencias suelen pasar con nocturnidad (en derecho, y según la RAE, "Circunstancia agravante de responsabilidad, resultante de ejecutarse de noche ciertos delitos"), y en ocasiones con "vacacionalidad" (me la acabo de inventar, pero sería algo así como lo que se hace el mes de agosto, al amparo que la ciudad vacía ofrece, y te lo encuentras al volver de vacaciones). Por esto me temo que no debemos dejar de echar un vistazo si pasamos por allí, y ante cualquier desperfecto, hacerlo público con el mayor ruido posible en las redes sociales, ya que parece que en este caso al menos ha funcionado.


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